lunes, 14 de diciembre de 2015

DISTONÍA FOCAL EN MÚSICOS. QUÉ ES, QUÉ HACER, CÓMO PREVENIR.

Para los músicos, las lesiones y enfermedades no nos son unas desconocidas. Algunas de ellas nos pueden dejar fuera de juego. Es por ello que insisto en la prevención, porque tu carrera es algo muy serio, que puedes echar a perder sólo por llevar a cabo malas prácticas.
Hoy vamos a hablar de una de estas enfermedades: la distonía focal. Antes de empezar, quiero recomendaros que leáis LA REBELIÓN DEL CUERPO. Entendiendo la distonía focal del músico. La distonía focal es una enfermedad grave, y si la sufres, lo mejor es estar lo más informado posible.
¿Qué es?
Para empezar, vamos a ponernos un poquito científicos e intentar entender en qué consiste. Una distonía focal es una enfermedad neurológica. Esta enfermedad provoca contracciones y movimientos involuntarios de un grupo de músculos concreto. En el caso de los músicos, la distonía se produce en las manos o los dedos. Los músculos se contraen fuertemente en el momento de tocar y paran de realizar estos movimientos involuntarios cuando dejamos el instrumento. No todo el músico que sufre distonía la sufre en el mismo grado. La distonía focal en los músicos se desarrolla en la edad adulta, con lo que puede empezar de manera muy leve, mejorar, empeorar, y quizás hasta desaparecer.
distonia focal musicos
Las causas de la distonía focal no se conocen al 100%, pero se piensan que son ambientales y por trabajo, ya que la distonía focal suele aparecer en personas que realizan movimientos de alta precisión (además de músicos, escritores, ingeniero, arquitectos…).
¿Qué hacer?
La distonía focal es una enfermedad de la que se conoce poco y sobre la que se continúa investigando. Por ello, es fácil que vayas al médico con un problema de distonía y te encuentres que nunca ha tratado un caso parecido. Lo más recomendable es dirigirse a un neurólogo, si es posible que esté especializado en dificultades motoras.
El tratamiento que más se aplica en estos casos es la inyección de toxina botulínica o bótox directamente en la zona. Los efectos secundarios pueden ser muy variados, pero los resultados son bastante buenos, aunque su efecto es temporal, con lo que hay que inyectarse periódicamente (cada tres o cuatro meses).
Como en todas las enfermedades, es muy importante “cómo se lo toma uno”. Sobre ello, el Dr. David Marsden aconseja:
“Tu actitud ante esta enfermedad será uno de los más importantes factores que deciden cómo te afecta. La Distonía no te matará pero si permites que te derrumbre, puede estropear tu vida. Es completamente natural, cuando comprendes la naturaleza de tu enfermedad que pases por estados de ansiedad, desesperación y depresión, y después aceptación. Esta evolución lleva tiempo, pero tú debes trabajar positivamente para llegar al estado final de aceptación, tan lejos como sea posible del hecho de tu enfermedad y viendo lo que hay a tu alrededor. Habla con tu familia y con tu médico acerca de estos problemas”.
Encontramos en un caso práctico el mejor ejemplo. El pianista Leon Fleisher sufría distonía focal en los dedos cuarto y quinto de su mano derecha. El problema se le hizo tan grande y grave a nivel psicológico que casi hunde su carrera y su vida, incluso llegando a pensar en el suicidio. Su estrategia frente a la enfermedad fue entregarse a los campos que no había explotado hasta el momento. Trabajó repertorio sólo de mano izquierda y se centró en la enseñanza. Esta actitud es encomiable: se trata de afrontar el problema por otras vías y de no cerrarse en banda.
Y qué no hacer…
Lo peor que puedes hacer en el caso de tener distonía focal es machacarte estudiando más, pensando que así reeducarás tus músculos. Ésta seguramente ha sido una de las causas de la enfermedad y probablemente hará que empeore. A veces los músicos somos muy cabezones, negamos nuestras lesiones y dolores, tocamos con ellos y nos sentimos mal sólo por tomarnos un descanso. Hay que vencer esos pensamientos de “súper-responsabilidad” que nos hacen daño y ponerle remedio a la enfermedad con ayuda de un médico y de nuestros seres queridos.
Otra mala idea, ocultar qué nos ocurre, avergonzarnos o querer taparlo. A un músico le cuesta mucho admitir que ya no toca como hace unos años, que tiene un problema, aunque éste sea médico. Especialmente a aquellos que se han hecho un nombre en la música. Un gran paso para enfrentar una enfermedad grave como la distonía es contarlo, ser natural con el problema y no darle más importancia de la que se merece. La vida sigue, y hay muchos caminos que un músico puede tomar sin tener que renunciar a su pasión.
¿Cómo prevenir?
Como una de las posibles causas de la distonía focal es el trabajo preciso y continuado, lo mejor para prevenir que ocurra es controlar la manera de estudiar y los tiempos. Los movimientos repetitivos son muy dañinos si se hacen de manera continuada. Lo importante es no forzar y hacer que las sesiones de estudio sean variadas y que no se limiten a la mera repetición.
Schumann y su distonía focal:
Schumann fue un gran compositor y pianista, pero también hay que decir que un poquito bruto. Ideó diversos aparatos para conseguir fuerza y precisión en sus dedos, entre ellos un teclado portátil que se colgaba del cuello o un aparato que colgaba del techo y le obligaba a hacer mayores esfuerzos con sus dedos anular y meñique. Todo esto sólo le llevó a provocarse una distonía focal en ambos dedos. Según cuentan, lloró durante días
“Toda la música está completa y viva dentro de mí y deseo exhalarla sin esfuerzo, pero ahora apenas si puedo hacerlo; mis dedos se confunden unos con otros. Esto es realmente atemorizante y ya me ha causado mucho dolor.”

Pedro Iturralde, un caballero de ochenta y seis años

AYAX MERINO 


Pedro Iturralde, durante una actuación en Jambore Jazz, Barcelona, en julio de 2003.
RAI FERNANDES
9 DE DICIEMBRE DE 2015
Es admirable, sorprendente, que un señor de ochenta y seis años se pasee de garito en garito tocando un saxo o un clarinete como el que no quiere la cosa. Pero así es. Y sopla como un mozuelo veinteañero, el condenado. Y no se queda sin aire ni le falta el resuello. Algo milagroso lo de este hombre incombustible que nunca se agota. Y dale que te pego. Una vez y otra y otra más. Sin tregua. Hace unos días, sin ir más lejos, actuó en Madrid con su cuarteto. Y tiene más conciertos previstos ¡La leche, qué menda!
Don Pedro Iturralde. Genio y figura. Caballero de hidalga estampa. Un señor pleno de señorío que goza del respeto de todo el mundo. Que se ha ganado el don a pulso, vaya. A mí, desde luego, no se me ocurriría jamás de los jamases apearle el tratamiento. Un maestro. Un grandísimo compositor y un excepcional intérprete que domina con arte de virtuoso total y absolutamente su instrumento, al que le saca un sonido muy propio y personal. Patriarca del jazz español. Tete y él. Ambos dos los músicos nacionales más reconocidos y admirados allende nuestras fronteras. Un navarro universal. Ya, ya, ya sé que la expresión está muy manida, pero aquí viene al pelo y casa a la perfección. Por estas.
Hijo de un molinero que por añadidura era un muy buen músico y que, tras la molienda, en sus ratos libres se sentaba tranquilamente a tañer la guitarra para pasmo de su cachorro, don Pedro, entonces un churumbel que no levantaba medio palmo del suelo. Así desde su más tierna infancia le fue inculcando el amor por la música y terminó por despertarle el gusanillo ese de ir por ahí vagabundeando para ganarse las habichuelas tocando. Para su pesar, pues al buen señor, padre de don Pedro, no le parecía ni remotamente posible que nadie pudiese mantenerse de semejante cosa y veía con malos ojos la inquebrantable voluntad de su retoño, empecinado en vivir de la música. Pero don Pedro es muy terco y al fin se salió con la suya ¡Faltaría más!
Ya de muy chico aprendió a tocar el saxofón y el clarinete. Y la guitarra y el piano. Precoz que era la criatura. Y sin apuntarle aún el bozo andaba ya en las filas de una banda que tocaba música de baile. Ahí descubrió el jazz, que no le ha abandonado en toda su larga vida. Y es que el baile de entonces tenía mucho de jazz, el swing y esas cosas. Parece, además, que el director de la banda le descubrió la música de Ellington, Basie y compañía. Dios se lo pague al buen hombre que tal hizo.
De modo que don Pedro, a sus dieciocho añitos, andaba ganándose el sueldo en las romerías, fiestas y cafés, cuando se largó por ahí al extranjero en una gira que le llevó, entre otros sitios, a Argel. Y pasado el tiempo y ya de vuelta obtuvo en un año su título en el conservatorio. Y luego de nuevo a viajar por el ancho mundo, culo de mal asiento.
DECÍA DON PEDRO QUE AQUÍ NO SE LE ENTENDIÓ, PUES SÓLO PRETENDÍA HACER JAZZ, PURO JAZZ. NADA DE FUSIÓN NI DE MEZCOLANZAS. Y QUE SI JUNTAS EL JAZZ Y EL FLAMENCO, UNO DE LOS DOS MUERE
Hasta que harto de tanto ajetreo, digo yo, decidió afincarse en Madrid. Entonces entró a formar parte del conjunto habitual del Whisky Jazz, club emblemático de la capital en el que se le podía ver actuando un día sí y otro también. Con gente de la talla del saxo barítono Gerry Mulligan, el trompetista Donald Byrd o el pianista barcelonés Teté Montoliú, entre otros muchos ¡Casi nada!
1967. Don Pedro se saca de la manga un disco espectacular. Un disco capital, esencial, del que proviene todo lo que después se ha dado en llamar jazz flamenco. Un disco con un jovencísimo Paco de Lucía: Flamenco jazz. Y se armó la gorda. Dice don Pedro que aquí no se le entendió, pues sólo pretendía, a partir de aires y ritmos flamencos, hacer jazz, puro jazz, simple y llanamente jazz. Nada de fusión ni de mezcolanzas. Y que si juntas el jazz y el flamenco, uno de los dos muere. Si no me falla la memoria, algo parecido sostenía el gran Cifu. En principio, estoy de acuerdo. Y, sin embargo, no sé, no sé, la verdad es que cuando escucho a Jorge Pardo o Chano Domínguez, por ejemplo, no sé, en ocasiones no estoy muy seguro de si lo que tengo delante es jazz, flamenco o entrambas cosas a la vez.
Bueno, el caso es que don Pedro, músico ya conocido por entonces, degustó las mieles de la popularidad; o los sinsabores, que eso nunca se sabe.  Y le invitaron al festival de Berlín, donde compartió cartel con Thelonious Monk, Miles Davis y Sarah Vaughan, ni más ni menos. Y no mucho después sacó don Pedro otro disco imprescindible, maravilloso, con su cuarteto y el gran pianista Hampton Hawes. Un trabajo redondo, soberbio.
HACE AÑOS QUE LE JUBILARON DE SU CÁTEDRA DE SAXO. PERO A VER QUIÉN ES EL GUAPO QUE INTENTA IMPEDIRLE SUBIR A UN ESCENARIO
Andaba don Pedro, pues, en la cresta de la ola, gozando de fama y fortuna, de gloria y renombre, cuando de repente, ¡bum!, lo abandonó todo. Lio el petate y cruzó el charco. A Boston. A estudiar, a seguir estudiando, a aprender más si cabe, a no dejar de aprender nunca. Mas como todo se acaba, a don Pedro se le agotó el tiempo de andar yendo a clase y no le quedó más remedio que regresar. A la fuerza ahorcan. De nuevo a la brega del día a día.
Fue más o menos por aquellas fechas cuando se le metió en la mollera la idea de que había que crear una cátedra de saxofón en el Real Conservatorio Superior de Música. Que se empeñó. Venga y venga a porfiar. Hasta que le hicieron caso, claro. Y no contento con eso, se presentó a las oposiciones y sacó la cátedra. Músico y profesor. Jazz y música clásica. Otra de las muchas facetas de este proteico señor. Numerosas han sido las veces en las que ha acompañado a la Orquesta Nacional de España y a la Orquesta de RTVE. Eso sin contar que también es el compositor de la música de alguna película, como El viaje a ninguna parte, de Fernando Fernán-Gómez. Ya digo, hombre de múltiples y variados talentos.
Y así hasta hoy. Hace años que le jubilaron de su cátedra de saxo. Pero de lo que nadie, ni Dios, le puede jubilar, es de su amor por la música. A ver quién es el guapo que intenta impedirle subir a un escenario. Siga así, don Pedro, y no desfallezca.

AUTOR

  • Ayax Merino

miércoles, 28 de octubre de 2015

10 Posturas que todo músico debería de corregir

La principal preocupación de un músico es conseguir alcanzar la perfección a la hora de tocar, sobre todo si uno se dedica de manera profesional a ello. Al practicar con un instrumento, se cuida mucho que el sonido sea el correcto, pero la mayoría de veces la postura correcta de nuestro cuerpo es la gran olvidada. Por ello es necesario conocer como debemos situarnos a la hora de practicar música, si hay algún ejercicio que debemos practicar y saber respirar de forma adecuada.
Nos vamos a centrar, sobre todo, en aquellas posturas más habituales al tocar un instrumento que pueden ser muy perjudiciales y en los efectos negativos que a los que pueden dar lugar.
  1. ESTAR DE PUNTILLAS. Poner todo el peso de cuerpo sobre los dedos de los pies, puede provocar un acortamiento de los músculos que se encuentran ubicados en la parte trasera de las piernas y los muslos. No sólo eso,  sino que es más difícil la circulación de la sangre. Por otro lado, se produce una tensióninnecesaria de todas las articulaciones desde el pie hasta la zona lumbar.
  2. SENTARSE CON LAS CADERA POR DEBAJO DE LAS RODILLAS. Al colocarse así, se obliga al área lumbar a hacer desaparecer su curva habitual, además de presionar demasiado las caderas y la zona superior del abdomen. De esta forma, se acorta un músculo llamado psoas iliaco, que permite flexionar la cadera.
  3. REPARTIR MAL EL PESO AL SENTARSE. La forma correcta sería repartiendo el peso de forma equitativa en los huesos llamados isquiones (se encuentran al final de la pelvis). Si nos colocamos ladeados, con más peso sobre un lado que en el otro vamos a obligar a los músculos de nuestro cuerpo a adaptarse a esa posición, lo que ocurrirá es que la musculatura se acortará o alargará según las necesidades y se quedará así.
  4. REPARTIR EL PESO AL ESTAR DE PIE. Si por el contrario, ensayas de pie, el reparto del peso es igual de importante que al estar sentados. Por ello, procura apoyar bien los pies y que se divida de manera similar entre ambos.
  5. ESTAR SENTADOS CON LA PELVIS EN ANTEVERSIÓN. Es decir, colocar la pelvis adelantada y obligando a la zona lumbar a curvarse hacia fuera. Eso es sentarse en anteversión.
  6. TOCAR CON LOS HOMBROS SUBIDOS. Normalmente se realiza como un acto inconsciente e incontrolable. Al posicionarnos de esta forma, sobre todo si lo hacemos durante horas, estamos forzando los músculos como el trapecio superior o la escápula que se encuentran en hombros, cabeza y cuello.Acabaremos con la espalda llena de lo que conocemos como nudos o contracturas que darán lugar a que se endurezcan esas partes del cuerpo.
  7. SACAR ALAS. Seguro que te has fijado en otros músicos que parece que tengan alas en la espalda a la altura del omóplato, esto es porque colocan los hombros mal. Lo aconsejable es  tocar el instrumento situando las escápulas atrás y abajo, para que estén en su lugar y para que todos los músculos de la espalda (serrato, romboides, trapecio medio e inferior) puedan hacer fuerza. Además, tus hombros y tu cuello tendrán más libertad de movimiento.
  8. CABEZA ADELANTADA. Debes tener en cuenta que la cabeza debe estar en línea recta con la espalday, que por lo tanto, debe ser el instrumento el que se acerque a ti y no tú el que debas ir a buscarlo para tocar. Al hacer esto último además de acortar los músculos de la cadera anterior, estás presionando de nuevo el diafragma, por lo que tendrás dificultad para respirar bien. También obligarás a trabajar demasiado a los músculos escalenos (que están en el cuello) y se tensará la parte posterior. Una solución es trabajar los músculos de la espalda para que estén fortalecidos.
  9. EL ATRIL DEBE ESTAR A LA ALTURA DE LOS OJOS. Ni más alto, ni más bajo, sino a la misma altura y centrado. Al colocarlo correctamente, no tendrás que forzar el cuello para agacharte o levantar la cabeza. Te evitarás tanto dolor de cuello como de espalda.
  10. NO CRUCES LAS PIERNAS. Una postura muy típica en los guitarristas. Si cruzas las piernas, lo que estás haciendo es, por un lado, crearte problemas de  circulación y, por otro, una curva antinatural en la espalda, que cuando se empieza desde muy joven a tocar (entre 11 y los 15) pueden dar lugar a desviaciones en la columna vertebral. Para evitarlo, te recomendamos que utilices soportes de los llamados “gitano” o “ergoplay”.

martes, 22 de septiembre de 2015

6 cosas que también son estudiar

¿Qué haces cuando estudias con tu instrumento? Escalas, ejercicios, técnica, repertorio… Hay mucho que trabajar. Sin embargo, ¿sabías que hay otras cosas que deben formar también parte de la práctica? Te contamos algunas…
  • Escuchar música: Por supuesto, esta es la mejor y más importante de las prácticas. Si no escuchas música, no sabrás interpretarla. Hay muchas variantes, de estilo, de época, formas de interpretar, versiones con distinta instrumentación… Hay muchas cosas que sólo puedes aprender escuchando música. Es bueno escuchar las piezas que vas a interpretar antes de trabajarlas, pero también escuchar otro tipo de repertorio que no sea específico de tu instrumento. Es también muy positivo conocer cada día música que no has escuchado nunca, descubrir nuevos estilos (aunque sean muy antiguos) y formar tu oído con otro tipo de sonoridades.
  • Ver vídeos: La observación es una forma de aprendizaje. Ver vídeos de grandes intérpretes de tu instrumento (y de otros), puede ayudarte a solucionar problemas técnicos o interpretativos que te rompen la cabeza. Debes observar cómo solucionan los problemas que cada obra presenta, cómo consiguen “ese sonido” bonito con el que tu sueñas y diseccionar lo que hacen para imitarlo de la mejor manera posible. Además, observando a los grandes pueden poner en práctica el estudio mental: mientras observas cómo tocan, imagina que eres tú el que lo hace y trae a tu mente los movimientos que realizas para ello.
  • Practicar lenguaje musical: Tanto la entonación como el ritmo son aspectos de la vida musical que nunca nos abandonan. Practicar el lenguaje musical no debe dejarse sólo para los primeros años de aprendizaje. Puedes usarlo para leer a primera vista nuevas partituras o solucionar problemas rítmicos o melódicos de partituras que ya trabajas. Siempre sin instrumento y dirigiendo con tu mano el compás, ¡tal y como lo hacías en clase!
  • Entrenar el oído: Nunca está de más, para mejorar la afinación y comprender mejor la música, entrenar nuestro oído en el reconocimiento de intervalos y armonías. Para ello podemos pedir ayuda a un compañero para hacer dictados a varias voces, o usar algún programa informático o CD ideado para entrenar el oído.
  • Analizar las partituras: Siempre que vayas a tocar un estudio o pieza susceptible de ser analizado, hazlo. Analízalo desde el punto de vista formal y también armónico, o al menos inténtalo. Te ahorrarás tiempo de estudio y comprenderás de un golpe toda la partitura. ¡No nos enseñan a analizar partituras en el Conservatorio para tenernos entretenidos!
  • Improvisar: Esto es algo que muchos músicos temen (especialmente clásicos), y que otros ven como algo fácil y normal. Como con casi todo, hay que “lanzarse”. Antes de decir que no se te da bien, prueba y entrénate en ello. Verás que después te costará menos memorizar partituras, reconocer armonías, mejorarás tu oído y tu capacidad para tocar en grupo.

lunes, 11 de mayo de 2015

Relajación para músicos: Ejercicios de respiración

Aprender técnicas de relajación es muy importante para los músicos, aunque no se le suele dar importancia. Trabajar la relajación a diario tiene muchos beneficios:
  • Aprendemos a controlar el cuerpo.
  • Aprendemos a reconocer la diferencia entre un estado de estrés o tensión y un estado relajado.
  • Una vez dominadas estas técnicas, podemos llegar a ser capaces de controlar la respuesta de nuestro cuerpo ante una situación de estrés -como un concierto o examen-.
  • Liberamos tensiones y pensamientos que perturban nuestro día a día.
Hoy vamos a aprender a respirar para relajarnos. Esta respiración podemos aplicarla a nuestro estudio diario e incluso a nuestras actuaciones. La respiración no es sólo cosa de instrumentistas de viento o cantantes. Todos los músicos deben aprender a respirar de manera lógica dentro del discurso musical.
Los ejercicios respiratorios que os vamos a mostrar hoy son técnicas de Yoga. Si os interesa el Yoga, tenéis algunas posturas fáciles en este post.

Ejercicio nº1:inspiracion-expiracion

Inspira por la nariz profundamente, llenando en primer lugar el abdomen y luego los pulmones. Espira por la nariz lentamente, liberando el aire de los pulmones y el abdomen en ese orden. Concéntrate mucho mientras realizas esta  técnica. No subas los hombros ni tenses el cuello. Imagina que hay un globo dentro de ti que se infla y desinfla.

Ejercicio nº2:

Pon la palma de tu mano derecha frente a tu boca y nariz, como si tu mano fuera un espejo y te mirases en él. Inspira por la nariz y espira por la boca. Emite sonido al exhalar por la boca y siente el aire en la palma de tu mano. Ahora inspira por la boca y suelta el aire por la nariz. Repite el proceso.

Ejercicio nº3:tecnicas respiracion yoga

Pon los dedos anular y pulgar de la mano derecha en tu nariz, como cuando vas a tirarte a la piscina y te tapas las fosas nasales. Presiona con el pulgar tu fosa nasal derecha para taparla e inspira por la fosa nasal izquierda. Tápate la fosa nasal izquierda y espira por la fosa nasal derecha. Repite el proceso.

Ejercicio nº4

Inspira y espira enérgicamente por la nariz. La respiración debe ser rápida y tienes que sentir los músculos del abdomen trabajando con cada inspiración-espiración. Repítelo 27 veces.

miércoles, 15 de abril de 2015

Cómo memorizar hojas de partitura

Ya sea que estés en una banda de rock, en una banda de marcha o que tu maestro de la banda te lo pida, memorizar la música es una habilidad muy importante. ¡Uno nunca ve a los músicos profesionales leyendo las partituras de la música que ellos hicieron! ¿Cómo hacen los músicos para aprender su música? No busques más, los pasos están abajo.

1
Practica la música. Obviamente no vas a poder memorizarla si no sabes ni siquiera cómo tocarla.

2
Reconoce las frases. Esto no sólo te dará una mejor comprensión de la música, además cuando tengas que empezar a memorizarla, será mucho más fácil dividirla.        La mayoría de las veces las frases son de 8 compases.

3
Comienza a repetir la ultima parte de la pieza. La pieza va a estar más segura en tu cabeza si la aprendes comenzando por el final hacia el comienzo que si aprendes el comienzo primero.

4
La longitud de cada sección dependerá de lo bien que sepas que has hecho con tu memoria en el pasado. Si sabes que recuerdas muy bien las cosas, puedes hacer secciones más largas, pero si eres olvidadizo, hazlas más cortas, aunque sea sólo una frase o dos. Continúa leyendo la partitura en este punto.

5
Comienza a tocarla de memoria con los ojos cerrados. Llega lo más lejos que puedas.

6
Mira nuevamente la partitura. Revisa que tocaste bien y en que fallaste. Si lo necesitas, toca las partes que hayas olvidado.

7
Toca de nuevo la pieza sin ver la partitura. Continúa alternando con los ojos cerrados y abiertos hasta que te aprendas muy bien la pieza.

Aun después de que la memorices, te ayudará seguir viendo la partitura en ciclos. Esto no sólo fortalece tu memoria, también ayuda a minimizar el hábito de que toques alguna nota errónea.

9
Avanza a una nueva sección. Esto dependerá, de nuevo, de tu memoria. Repite el proceso que usamos con la primer sección, pero toca esta sección solamente.

10
Une ahora las dos secciones. Toca desde el comienzo hasta donde lleves memorizado. Sigue repitiendo esto hasta que puedas tocarlo de memoria 5 veces seguidas.

11
Mantén el mismo proceso hasta que hayas memorizado toda la pieza.


12
Comienza al final y toca el ultimo compás de la pieza, tócalo de memoria, después ve al penúltimo compás y repite el proceso hasta que puedas tocar toda la pieza.

13
Usa un metrónomo mientras practicas y aprende a contar los compases de silencio, no querrás ser el único que toque en un compás cuando todos los demás están en silencio.

14
Canta la pieza que tratas de memorizar. Que no te de pena cantarla o tararearla, porque entre más familiarizado estés con la música, más fácil será memorizarla.

domingo, 5 de abril de 2015

Técnicas de relajación de Jacobson

La relajación es importante practicarla cuando uno termina de actuar o de estudiar. Pero es igualmente importante saber controlarla antes e incluso durante la actuación. Si se domina con seguridad alguna técnica de relajación, se tienen muchas más posibilidades de llegar a tocar concentrado y disminuir la agitación mental que nos bloquea a la hora de hacer un examen, audición o de tocar delante de un público. Y no sólo eso, nos ayudará a controlar nuestro físico y a evitar lesiones.

Con un estado de relajación controlada en los músculos conseguimos una serie de efectos mentales y físicos: se reducen las reacciones del sistema vegetativo que nos producen los nervios y el miedo, se regula la respiración, los vasos sanguíneos se dilatan y la frecuencia cardíaca disminuye.

Existen muchos métodos relajantes. Elegir uno u otro no es tan importante como el hecho de dominar uno de ellos y utilizarlo a nuestro favor. Vamos a describir en este post la técnica de relajación muscular progresiva de Jacobson. Esta técnica se basa en la tensión y distensión de grupos de músculos con el fin de aprender a distinguir un estado y otro (contracción-relajación). Con el tiempo y la práctica, el objetivo es obtener una mayor sensibilidad a las tensiones físicas. Puedes informarte más sobre esta técnica leyendo Relajacion muscular de Jacobson.

Lo primero que debemos tener en cuenta es el entorno y el tiempo de que disponemos para la práctica de la relajación muscular progresiva. Debemos estar en un lugar tranquilo y silencioso, con espacio suficiente y disponer de un tiempo de 15 o 20 minutos como mínimo. Los ejercicios se pueden realizar sentado o tendido en el suelo. Para que nos sean más útiles los ejercicios de relajación, lo idóneo es que se hagan sentados en una silla sin respaldo (banqueta del piano por ejemplo). Como postura inicial puede elegirse entre una postura erguida o la “postura del cochero”, que tenéis en la siguiente imagen.

Para realizar los ejercicios, se divide el cuerpo en dieciséis grupos de músculos:

1. Mano y antebrazo dominante
2. Bíceps dominante
3. Mano y antebrazo no dominante
4. Bíceps no dominante
5. Frente
6. Parte superior de las mejillas y nariz
7. Parte inferior de las mejillas y mandíbulas
8. Cuello y garganta
9. Pecho, hombros y parte superior de la espalda
10. Región abdominal o estomacal
11. Muslo dominante
12. Pantorrilla dominante
13. Pie dominante
14. Muslo dominante
15. Pantorrilla no dominante
16. Pie no dominante

Cada zona se tensa y se relaja, siguiendo estos pasos:

  • Mano y antebrazo dominante: Forma un puño con la mano (se empieza por la dominante, como hemos dicho en la lista anterior). Aprieta lo máximo posible los músculos, sintiendo la intensidad de la tensión. Aguanta de cinco a siete segundos. Afloja la mano. Espera unos 15 o 20 segundos y vuelve a repetir el proceso, pero esta vez haciendo una pausa de 30 o 40 segundos. Observa con mucha atención e intenta interiorizar la sensación de relajación que tienes tras la tensión.
  • Bíceps dominante: Tensa el brazo doblándolo y apretándolo contra el tórax. La mano y el antebrazo no deben estar tensos. Mismo proceso que antes, tensión 5-7 segundos, relajación 15-20 segundos y se repite, cada vez dándole más tiempo a la relajación.
  • Mano y antebrazo no dominante: Tense y relaje dos veces según las instrucciones anteriores.
  • Bíceps no dominante: Mismo proceso. Compara la sensación de tensión del bíceps con la relajación recién practicada en mano y antebrazo.
  • Frente: Tensa la frente levantando las cejas, con los mismos tiempos que en todos los ejercicios, relaja y repite.
  • Parte superior de mejillas y nariz: Cierra fuertemente los ojos y arruga la nariz. Mismo proceso que en los ejercicios anteriores, tensar y relajar, tensar y relajar.
  • Parte inferior de mejillas y mandíbula: Aprieta intensamente los dientes y baja las comisuras de los labios como si pusieras cara de pena. Haz lo mismo, tensa y relaja, y concéntrate en sentir esa relajación y entenderla.
  • Cuello y garganta: Lleva el mentón hacia el pecho y tensa la nuca. Relaja y tensa igual que antes, aguantando 5-7 segundos y aumentando los tiempos de relajación.
  • Pecho, hombros y parte superior de la espalda: Lleva los hombros hacia atrás, intenta juntar los omóplatos. Tensa los pectorales al mismo tiempo. Relaja y tensa y relaja de nuevo.
  • Abdomen: Tensa los abdominales y los lumbares. Relájate repite el proceso contando los segundos de siempre.
  • Muslo dominante: Tensa la musculatura del muslo y relájala, siguiendo siempre los mismos pasos.
  • Pantorilla dominante: Levanta el pie tensando la pantorilla y al mismo tiempo intenta vencer esa fuerza con los músculos posteriores, tensando toda la zona. Mismo proceso que en todos los ejercicios para relajar y volver a tensar.
  • Pie dominante: Extiende el pie como si estuvieras de puntillas, como una bailarina al mismo tiempo que doblas los dedos. Cuidado con los calambres al realizar este estiramiento. Relaja, tensa y relaja siguiendo los tiempos que hemos marcado.
  • Muslo, pantorilla y pie no dominantes: Mismo proceso.

Cuando acabes, quédate relajado unos minutos, observando todos los cambios que se han dado en tu cuerpo. Cuando se practica la relación muscular progresiva durante varias semanas y se le coge el truco, se pueden agrupar los músculos y hacerlo por zonas mayores. Pero es una manera de realizar la técnica más avanzada.

La técnica de Jacobson es fácil de practicar de manera autodidacta, cosa que no ocurre con otras técnicas de relajación. Se debe tener cierto cuidado en caso de lesiones, debido a la gran tensión que se provoca en cada grupo de músculos. Siempre aconsejamos consultar a un médico en ese caso.

viernes, 9 de enero de 2015

El Cuidado de la Cara en los Instrumentistas de Viento

Escrito por Fátima Fernández | Músicos de Alto Rendimiento
@MusicosMAR | @ffftriple

https://www.venezuelasinfonica.com/el-cuidado-de-la-cara-en-los-instrumentistas-de-viento

La cara es quizás una de las zonas más importantes del cuerpo, nos representa estética y genéticamente. A través de su estructura anatómica los seres humanos pueden comunicarse, expresarse, e identificarse gracias a los rasgos inmersos en ella, tomando en cuenta que estos son particulares en cada individuo. Según la RAE, la cara puede definirse como la parte anterior de la cabeza humana desde el principio de la frente hasta la punta de la barbilla. En la cara se encuentran órganos muy importantes que están directamente relacionados con cuatro de los sentidos: los ojos, la nariz, la boca, y los oídos, que a su vez son sostenidos por 14 huesos y 43 músculos que tienen 4 funciones principales: la visión, respiración, masticación, y la gesticulación. El rostro también puede acumular tensiones de acuerdo a los gestos y movimientos que se realizan al hablar, comer, reírse y en el caso de algunos instrumentistas, al momento de tocar. Esto no solo por el hecho de movilizar repetidamente músculos muy pequeños sino también por la sensibilidad que tiene esta zona.
Los instrumentistas de viento además de utilizar por supuesto los brazos y manos, tienen una significativa carga en la musculatura de la cara y aunque pareciera que solo está involucrada la boca, resulta que con solo soplar pueden estar activos varios músculos a la vez. La embocadura es el posicionamiento de los labios y músculos faciales con respecto al instrumento de manera que puedan vibrar en diferentes intensidades y velocidades al pasar el aire entre ellos, he aquí la base de la producción del sonido en los instrumentos de viento. Esta también depende de la anatomía de cada ejecutante, de la postura técnica, y de la boquilla de cada instrumento particularmente elegida por el ejecutante, según su gusto, necesidad de sonido, o morfología de la cara.
La formación de la embocadura aunque es diferente según el instrumento tiene condiciones generales como por ejemplo: se debe mantener el contacto entre la boca y la boquilla/caña, no se debe mover el instrumento, no cambiar el gesto de la cara, evitar movimientos de la mandíbula así como la cobertura excesiva de la boquilla con los labios, controlar el exceso o falta de presión, y buscar una firmeza de los músculos faciales pero sin generar tensiones.
El estudio de los instrumentos de viento es sumamente peculiar porque las dinámicas de respiración y el gesto facial pueden cambiar absolutamente todo, generando problemas tanto de sonido, como en el manejo de recursos técnicos de la embocadura. Esto puede ser verdaderamente arduo en especial cuando se estudia durante muchas horas considerando estos aspectos o cuando las piezas u obras que se están ejecutando lo requieren; esto genera cansancio físico y tensiones que no son perceptibles sino hasta el momento en que se deja de tocar.
La mayoría de los instrumentistas piensan que deben estudiar demasiado y que de esta manera los músculos y la embocadura se entrenan, pero durante la práctica la musculatura no puede entrenarse de manera selectiva y suficiente; debido a esto muchos instrumentistas de viento han sufrido molestias faciales, así como dolencias o rupturas del labio, temblor, fatiga muscular que se manifiesta en el labio pero realmente se puede evidenciar en toda la cara, generando una sensación de poco confort al tocar. Quizás esta situación pudiera ocasionar en un futuro no muy lejano lesiones en la musculatura involucrada con la embocadura, afectando la ejecución.
Una de esas lesiones es el síndrome de Satchmo, este se da debido a la necesidad de coordinación tan específica que requiere el músculo orbicular de los labios para mantener la embocadura y producir el sonido. Está caracterizado por la debilidad de este pequeño músculo que se encuentra en la comisura labial y se encarga de la acción de abrir y cerrar los labios así como del vaciado del vestíbulo bucal es decir soplar, también es llamado el músculo besador pues también la colocación de la boca para besar es una de sus funciones.
La fuerza que se requiere para la ejecución de instrumentos de viento metal como el trombón, trompeta, tuba y corno francés, es superior a la capacidad de contracción del orbicular de los labios, además este debe contraerse y vibrar al mismo tiempo sin generar mayores tensiones, por lo que puede ser vulnerable a la ruptura de sus fibras o desgarre del músculo, los síntomas de este síndrome se identifican a través del cansancio del labio y dificultad en el momento de mayor contracción como por ejemplo en la realización de notas largas o altas, la ruptura puede presentarse con sangrado, e inflamación de la zona; de acuerdo al tamaño de esta, se inicia el proceso natural de cicatrización sin embargo en casos graves en los que la ruptura del labio es muy grande el tratamiento debe ser quirúrgico.
Muchas veces el músico presenta indicios de cansancio muscular de la cara sin embargo al ser considerado una condición de la práctica del instrumento no se le presta mayor atención, lo que puede ser la causa principal de síndromes como el ya mencionado. Otra lesión temida por los músicos es la distonía focal siendo un trastorno en la acción de los músculos de una zona determinada en función de tono inadecuado, temblores, movimientos involuntarios, y contracción muscular; una de sus causas principales es el exceso de movimientos repetidos de un musculo o un conjunto de músculos específicos.
Los músicos instrumentistas de viento requieren de la acción de toda la musculatura de la cara con la característica de la repetitividad y de mantener por determinados y largos periodos de tiempo una postura especial en pro de la manutención de la embocadura. La disfonía focal oromandibular se presenta como una anormalidad en la fluidez o velocidad del movimiento, movimientos excesivos o involuntarios, y en la disminución o ausencia de movimientos voluntarios de la mandíbula y boca generando inclusive la dificultad para masticar alimentos, abrir o cerrar la boca, movimientos involuntarios en la lengua y labios, dolor muscular, desviación mandibular, dificultad para tragar o para hablar y por ende para soplar.

Esto puede ser una amenaza para los ejecutantes de instrumentos de viento no solo en el ámbito musical sino también en su vida diaria, la disfonía focal en los músicos puede determinarse como una enfermedad ocupacional que puede prevenirse gracias al entrenamiento físico, al trabajo técnico instrumental, y al cuidado que debe tener cada músico en la organización de su jornada de clases, ensayos, estudio y presentaciones.
Algunos ejercicios para el entrenamiento de la musculatura que se encuentra alrededor de los labios están basados en el calentamiento de los mismos, de 5 a 10 minutos antes de la práctica del instrumento como:
  • Pronunciar vocales y consonantes realizando movimientos amplios y lentos exagerando la pronunciación
  • Reír con los labios cerrados estirar las comisuras labiales y mantener la contracción al menos 5 segundos.
  • Realizar el cierre de los labios como si se quisiera dar un beso, manteniendo el cierre al menos 5 segundos.
  • Abrir y cerrar los labios (imitando a un pez) repitiendo este ejercicio mínimo 5 veces.
Propiciar tiempos de descanso durante la práctica, e hidratarse son aspectos esenciales en los instrumentistas de viento pues esto previene la resequedad en los labios y todos los conductos respiratorios evitando rupturas o irritación.
El auto masaje de la cara al terminar la ejecución del instrumento también es una alternativa que permitirá la vuelta al estado de reposo de la musculatura y de esta manera pueda mantenerse libre de tensiones y por ende de lesiones. Los ejecutantes de instrumentos de viento deben centrar especial atención a su cara, boca, mandíbula, músculos respiratorios y el cuello pues son los pilares corporales en la producción de su sonido.